miércoles, 23 de marzo de 2011

Infierno, V, 129 - Jorge Luis Borges

Dejan caer el libro, porque ya saben
que son las personas del libro.
(Lo serán de otro, el máximo,
pero eso qué puede importarles.)
Ahora son Paolo y Francesca,
no dos amigos que comparten
el sabor de una fábula.
Se miran con incrédula maravilla.
Las manos no se tocan.
Han descubierto el único tesoro;
han encontrado al otro.
No traicionan a Malatesta,
porque la traición requiere un tercero
y sólo existen ellos dos en el mundo.
Son Paolo y Francesca
y también la reina y su amante
y todos los amantes que han sido
desde aquel Adán y su Eva
en el pasto del Paraíso.
Un libro, un sueño les revela
que son formas de un sueño que fue soñado
en tierras de Bretaña.
Otro libro hará que los hombres,
sueños también, los sueñen.

Soneto 132 - Petrarca

¿Si no es amor, qué es entonces lo que siento?
mas, si es amor, por Dios ¿de qué sustancia y cualidad?;
si buena, ¿de dónde proviene el áspero mortal efecto?,
si mala, ¿de dónde la dulzura de todo tormento?.

Si por mi deseo ardo, ¿de dónde vienen el llanto y el lamento?
si es a mi despecho, ¿qué vale la queja?.
¡Oh viva muerte, oh deleitoso mal!
¿cómo puedes tanto en mí, si yo no lo consiento?

Y si lo consiento, grave error es dolerme.
Entre vientos tan contrarios, en frágil barca
me encuentro en alta mar y sin gobierno,

tan leve de saber, de error tan cargada,
que yo mismo ni sé qué es lo que quiero,
y tiemblo en pleno estío, ardo en invierno.

Petrarca. Sonetos.

Ustedes que escuchan en esparcidas rimas el sonido
de aquellos suspiros con que nutría el corazón
en el tiempo de mi primer error juvenil,
cuando era, en parte, otro hombre que el que ahora soy,

por el variado estilo con el que lloro y pienso,
entre las vanas esperanzas y el vano dolor,
de quien, por haber probado, entienda del amor,
espero encontrar piedad y perdón.

Mas bien veo ahora cómo para toda la gente
objeto de burla fui mucho tiempo, de lo cual a menudo
de mí mismo y conmigo me avergüenzo;

y de mi desvariar, el fruto es la vergüenza,
y el arrepentirse, y conocer claramente
que todo cuanto agrada al mundo solo es un sueño breve.

Poema de la Condesa de Día

He estado en grave cuita por un caballero que
he tenido y quiero que para siempre se sepa
cuan excesivamente le he amado.
Ahora veo que he sido traicionada, porque no
le di mi amor y por esto he estado en gran congoja en el lecho y cuando estoy vestida.

Quisiera tener a mi caballero,  una noche,
desnudo entre mis brazos y que él se tuviera
por dichoso sólo con que yo le hiciese de almohada.
Pues estoy más enamorada que Floris lo
estuvo de Blancaflor, le entrego mi corazón,
mi amor, mi juicio, mis ojos y mi vida.

Hermoso amigo, amable y bueno ¿cuando os
tendré en mi poder? ¡Ojalá pudiese dormir con vos
 una noche y daros un beso de amor!
Sabed que gran deseo tendría de teneros en el
lugar del marido con tal que me hubieseis
jurado hacer cuanto yo quisiera.

domingo, 20 de marzo de 2011

Easter, 1916 - Yeats

I HAVE met them at close of day
Coming with vivid faces
From counter or desk among grey
Eighteenth-century houses.
I have passed with a nod of the head
Or polite meaningless words,
Or have lingered awhile and said
Polite meaningless words,
And thought before I had done
Of a mocking tale or a gibe
To please a companion
Around the fire at the club,
Being certain that they and I
But lived where motley is worn:
All changed, changed utterly:
A terrible beauty is born.

That woman's days were spent
In ignorant good-will,
Her nights in argument
Until her voice grew shrill.
What voice more sweet than hers
When, young and beautiful,
She rode to harriers?
This man had kept a school
And rode our winged horse;
This other his helper and friend
Was coming into his force;
He might have won fame in the end,
So sensitive his nature seemed,
So daring and sweet his thought.
This other man I had dreamed
A drunken, vainglorious lout.
He had done most bitter wrong
To some who are near my heart,
Yet I number him in the song;
He, too, has resigned his part
In the casual comedy;
He, too, has been changed in his turn,
Transformed utterly:
A terrible beauty is born.

Hearts with one purpose alone
Through summer and winter seem
Enchanted to a stone
To trouble the living stream.
The horse that comes from the road.
The rider, the birds that range
From cloud to tumbling cloud,
Minute by minute they change;
A shadow of cloud on the stream
Changes minute by minute;
A horse-hoof slides on the brim,
And a horse plashes within it;
The long-legged moor-hens dive,
And hens to moor-cocks call;
Minute by minute they live:
The stone's in the midst of all.

Too long a sacrifice
Can make a stone of the heart.
O when may it suffice?
That is Heaven's part, our part
To murmur name upon name,
As a mother names her child
When sleep at last has come
On limbs that had run wild.
What is it but nightfall?
No, no, not night but death;
Was it needless death after all?
For England may keep faith
For all that is done and said.
We know their dream; enough
To know they dreamed and are dead;
And what if excess of love
Bewildered them till they died?
I write it out in a verse -
MacDonagh and MacBride
And Connolly and Pearse
Now and in time to be,
Wherever green is worn,
Are changed, changed utterly:
A terrible beauty is born.

domingo, 13 de marzo de 2011

Water - Philip Larkin

If I were called in
To construct a religion
I should make use of water.

Going to church
Would entail a fording
To dry, different clothes;

My liturgy would employ
Images of sousing,
A furious devout drench,

And I should raise in the east
A glass of water
Where any-angled light
Would congregate endlessly.